Una serie de catastróficas desdichas
El Barça 2024/25: lesiones, despachos y otra reconstrucción que no arranca

Dios me libre de pensar en serio en un Roger Grimau poniendo alfileres en un muñeco de vudú… aunque motivos no le faltarían, después de sus dos telediarios y su salida por la puerta de atrás. Todos somos humanos y tenemos nuestro corazoncito… seguro que no está clavando alfileres, pero ver al Barça tropezar, algo de justicia poética sí que ha debido sentir..
Basta.
Hablemos en serio.
Nos estamos enfocando demasiado en las desgracias —en forma de lesiones— que ha sufrido el Barça esta temporada, cuando, en mi opinión, deberíamos hablar más bien de la eterna reconstrucción. Desde la marcha de Xavi Pascual, y con el punto de inflexión que supusieron las salidas de Jasikevicius, Mirotic y Higgins, el club apostó por recortar presupuesto. Plan de viabilidad lo llamaron. Primero con Grimau a los mandos, luego con Peñarroya. El resultado: dos años sin títulos y una sensación creciente de retroceso. Mientras Saras ganaba la Euroliga, el Barça ya estaba de vacaciones. Durillo.
Y aunque se ha repetido hasta la saciedad lo del año nefasto, lo que no se comenta tanto —o al menos yo no lo he leído ni escuchado con la insistencia que merece— es esto:
En los últimos diez años, el Barça ha tenido ocho entrenadores.
Sí, ocho entrenadores, ocho. Como un cartel taurino. Aquí van:
Xavi Pascual
Ganó la Euroliga en 2010 y cuatro Ligas ACB entre 2009 y 2014. Llevó al equipo a cinco Final Four en nueve temporadas. Salió en 2016. Desde entonces, títulos en Grecia, VTB, y ahora en Zenit, donde sigue sumando.Georgios Bartzokas
Una temporada (2016–17), una Lliga Catalana. Hoy en Olympiacos: Final Four, liga griega, Copa.Sito Alonso
Dirigió en 2017–18 sin grandes resultados. Ahora en UCAM Murcia y, desde 2025, seleccionador de Letonia.Svetislav Pešić
Protagonista del triplete histórico de 2003. Regresó en 2018 para ganar dos Copas antes de ser cesado en 2020.Šarūnas Jasikevičius
De jugador campeón en 2003 a técnico del club entre 2020 y 2023: títulos ACB, Copa, Final Four. Desde 2023, en Fenerbahçe, donde ha ganado la Euroliga 2025.Roger Grimau
Entrenador del Barça entre 2023 y 2024. Una Lliga Catalana, balance 51–33, ninguna confianza del entorno y salida tras filtraciones internas.Joan Peñarroya
Nuevo técnico desde junio de 2024. Llega tras ganar la Champions y la FIBA Intercontinental. Su reto: reconstruir el Palau.
Pasemos de los nombres a los númeritos.
¿Qué dicen los datos de esta década de vaivenes? Comparemos sus estadísticas avanzadas en relación con los equipos ACB de ese año.
Esta gráfica resume de forma muy clara lo que ha sido la última década del Barça: inestabilidad en el banquillo y rendimiento oscilante. El equipo ha mantenido un buen nivel defensivo casi cada año, pero el ataque ha sido mucho más irregular. Llama la atención cómo con Jasikevicius se rozó la excelencia táctica (especialmente en 2020–21), mientras que las dos últimas temporadas, con Grimau y Peñarroya, el Net Rating y la eficiencia ofensiva han caído. También es sintomático que, con ocho entrenadores en diez años, solo haya picos de continuidad real en los ciclos de Pesic y Saras.
¿Y qué hay de los jugadores?
En estos años han jugado para el Barça 86 jugadores, y solo 23 de ellos han estado al menos cuatro temporadas en el club.
El Barça ha sufrido una serie de catastróficas desdichas, pero también ha fallado en la planificación. Las lesiones han sido clave: Laprovittola se ha perdido casi toda la temporada, también Vesely, y un poco menos Núñez y Metu. Algunas bajas han sido puro azar (como las de Lapro o Metu), pero otras, como la de Vesely, tienen más que ver con la sobrecarga por falta de rotación. Satoransky, sin ir más lejos, se ha dado un palizón.
La plantilla era mejor que la del año pasado. Pero la reacción ante las bajas fue de chirigota.
Se intentó cubrir la ausencia de Laprovittola con Neto —fuera de ritmo— y luego con Heurtel, un fichaje que se frenó tras el rechazo general. Luego, además, llegó la espantada de Sarr, más centrado en su futuro —algo entendible dada su edad— que en sus compañeros.
Al final, el club decidió no fichar a nadie más. Sin Lapro, Núñez, Metu ni Vesely, se apostó por no gastar y seguir así. Una decisión difícil de entender.
Cualquier análisis del Barça tiene que partir de una cosa: las bajas han sido constantes y el calendario, criminal.
Peñarroya ha peleado como ha podido, pero el equipo ha estado plano, con poco juego en estático, errores en defensa y sin saber cerrar partidos. Y cuando dos o tres jugadores clave no rinden, todo se complica.
En lo social, el curso también ha sido gris.
El Palau ha perdido fuerza, con aficiones rivales haciendo más ruido y las peñas del Barça protestando. Desde el club, poca reacción: ni Cubells ni Navarro han dado la cara, y Peñarroya ha hecho de portavoz, comiéndose él solo el sapo.
De cara al futuro, todo apunta a que seguirá Peñarroya. Tiene contrato y argumentos a favor, pero en el Barça de Laporta, yo en su lugar estaría mirando de reojo.
Y luego está el tema de Willy...
Su contrato es una losa para el club y no se ajusta ni a su rol ni a su rendimiento. Si no sigue, se abre margen salarial. Si se queda, complica todo.
Con los júniors saliendo —Sarr no será el último— y sin títulos este año, el Barça necesita moverse bien si quiere volver a competir de verdad.
Entonces, ¿cuál es el problema?
No es solo un mal año. No es solo mala suerte.
Es una década sin rumbo claro. Y con falta de presupuesto. Una era de proyectos interrumpidos, banquillos inestables y decisiones cortoplacistas. Todos sabemos —o al menos imaginamos— que en los clubes de élite solo vale el aquí y el ahora. No hay tiempo. Y la experiencia solo sirve para saber que la experiencia no vale de nada.
El problema no es perder. Es hacerlo, saber por qué… y actuar como si no lo supieras.
Ningún club que cambia de entrenador cada año puede construir algo duradero. Ni aunque tenga talento. Ni aunque fiche bien. Ni aunque gane Copas sueltas.
Y si Peñarroya no es la excepción a este ciclo, volveremos a estar aquí dentro de un año. ¿Apagando fuegos o reconstruyendo desde ruinas? Hablando de lesiones, rescisiones, filtraciones… y de otro nuevo comienzo que no empieza nunca.






