¿Es Omar Silverio un Canchero?
Datos, contexto y encaje en Estudiantes. Mi análisis al respecto
En el primer partido de pretemporada del Estudiantes me vi secuestrado en un podcast absurdo: a mi derecha y a mi izquierda, dos espectadores, uno ocupando un sitio que no le pertenecía, decidieron convertirme en rehén involuntario de su conversación.
Oído derecho, arriba: “¿Qué te parece Silverio?”
Oído izquierdo, a mi lado: “Nah, es el típico canchero…A mi no me gusta… bla, bla.”
O algo así, pero basicamente así. Despues vino una explicación sobre “el tipo de jugador que viene del caribe”. Vamos a olvidar que a los quince minutos (¿o fue hora y media?) yo, atrapado entre tanta sabiduría y ese máster improvisado de baloncesto, decidí cortar por lo sano con esa soberbia: me levanté, ofrecí mi sitio para que siguieran hablando (de acuerdo, quizá no con las mejores formas) y dejaran de calentarme las orejas. Todo ante la algarabía y sorpresa de los que nos rodeaban.
Al día siguiente, más o menos, movido por la curiosidad, busqué la definición de canchero, por si lo había entendido mal. Encontré dos:
Trabajador o responsable de la cancha:
Es el significado más literal. Un canchero se asegura de que la cancha esté en buen estado para evitar accidentes y permitir un buen desarrollo del juego, ya sea en un partido de baloncesto o de cualquier otro deporte que se juegue en una cancha.
Persona hábil o experta:
Este uso es más figurado y se asemeja a "ducho" o "experto" en una actividad. En el contexto del baloncesto, un jugador o persona que es canchera es alguien que sabe mucho del deporte, que tiene mucha astucia en el juego o que maneja el lenguaje y las costumbres del ámbito del baloncesto con solvencia.
Pero hay una tercera, seguramente más cercana a lo que se hablaba en esas gradas y nada académica:
En jerga de grada: jugador que se adorna, prioriza el lucimiento y defiende poco.
Como de algo tengo que escribir y espoleado por la usurpación del asiento y esa indiferencia olímpica por el respeto a los demás —que te convierte en el hombre invisible— me puse a investigar sobre el canchero Omar Silverio.
Yo le había visto jugar dos veces antes de su primer partido de pretemporada contra el Tizona Burgos. Ambas con el Covirán Granada, cuando se estaban jugando la permanencia al final de la temporada 24/25 en la ACB. Y ahí no me pareció un canchero: me pareció un jugador habilidoso, que se jugó alguna canasta comprometida con éxito y que fue rocoso en defensa. Cuando se anunció su fichaje por Estudiantes, lo reconozco: lo celebré.
Pero veamos en que destaca y en que no.
Trayectoria
Me he documentado sobre la trayectoria de Omar y he encontrado esto:
Empezó en NCAA con Rhode Island Rams, temporada 2018–19, pero apenas tuvo impacto: 1.9 puntos, 1 rebote o sea nada. Después se fue a Hofstra, y ahí ya se notó otra alegría: acabó con 10.9 puntos, 3.3 rebotes y 1.1 asistencias por partido. Incluso metió 11 triples en un partido, récord universitario. O sea bien.
En 2022–23 cerró su etapa universitaria en Manhattan. Tres universidades en cinco años. Lo normal en estos tiempos.
En 2023 arrancó su carrera profesional con Soles de Mexicali. Luego se fue a Israel con Hapoel Galil Elyon y ahí fue donde más brilló: 14.7 puntos de media y un partido con 27.
Luego le tocó Venezuela: Cocodrilos de Caracas, 12.7 puntos y 3.2 asistencias… que en playoffs subieron a 16.7.
A Europa llegó en enero de 2025, con Bilbao Basket. Jugó 3 partidos en ACB y 3 en Eurocup, con 7.7 puntos de media en la competición europea. En marzo cambió de aires y firmó por Covirán Granada que estaba con la soga al cuello: 9 partidos, 8.4 puntos de media.
Llega para la 25/26 en primera FEB según mi criterio para sustituir a Joaquín Rodríguez. Toni Ten lo ha definido como:
“Un anotador exterior con muchos recursos, jugador físico, capaz de generar y finalizar, y de defender a alto nivel.”
Aunque su muestra es pequeña 12 partidos jugados, 3 con el Surne Bilbao Basket (3 partidos más en Eurocup) y 9 en Coviran Granada, vamos a poner la linterna en sus números ACB
Ranking DPR del Coviran Granada
Si hablamos de si Omar Silverio es “canchero”, conviene mirar también qué dice de él el DPR Score, una métrica que captura el impacto defensivo invisible: cuando un jugador logra que el rival juegue peor aunque no deje huella en robos o tapones. Así que vamos a ver si no hace nada ya que parece ser que no se le ve.
El DPR Score sirve para ponerle número a ese tipo de impacto y, en el caso de Silveiro, lo sitúa como uno de los jugadores más destacados de los partidos que jugo con el Granada..
ON/OFF vs CON/SIN: lo que dicen los fríos datos
El ON/OFF sitúa a Omar con un net rating muy negativo, pero la lectura necesita contexto. Ha jugado solo 9 partidos, con 19 minutos de media y apenas 2 titularidades. Es decir, la mayoría de sus minutos llegaron en la segunda unidad, un bloque menos competitivo dentro de un Granada que, no olvidemos, acabó descendiendo. Eso hace que su impacto estadístico quede distorsionado.
Si miramos el análisis CON/SIN, que compara los partidos desde que se le fichó desde el Surne Bilbao a antes de eso, el resultado es mucho más equilibrado: el rendimiento global del equipo con Omar en la plantilla fue incluso ligeramente superior. Esta perspectiva refleja mejor su aportación, ya que no depende tanto de las rotaciones puntuales ni de con quién coincidía en pista.
En Granada, Omar Silverio apenas dejó rastro en la estadística de defensive stops: firmó 0.62 por cada 100 posesiones, un registro que lo situó en la parte baja del equipo y lejos de referentes como Sergi García (que estuvo TOP nacional en esos 9 partidos) o Agustín Ubal. Ni siquiera alcanzó el umbral que marcaba la entrada en el Top 50 nacional. En la práctica, no fue un generador de robos, tapones o faltas en ataque, y su impacto defensivo resultó limitado en un contexto donde esas pequeñas victorias podían cambiar partidos.
En ataque, la foto cambia. Con apenas nueve partidos en el equipo, Omar se convirtió en una pieza real dentro del sistema ofensivo: asumió más de un 21% de las posesiones, un nivel propio de tercera o cuarta opción. Su True Shooting (53.1%) no es brillante, pero tampoco un lastre: suficiente para sostener su volumen y, sobre todo, para proyectar un margen de mejora evidente. Si consigue elevar un poco esa eficiencia —ya sea afinando el tiro exterior o sacando más rédito en los tiros libres— puede consolidar ese perfil de anotador con rol importante en la ACB.
🤔 ¿Canchero?
La palabra canchero no me gusta; me parece ambigua y muy despectiva. En el caso de Omar Silverio, los datos marcan que atrás debe crecer—poca producción de stops, DPR no está (posicionamiento defensivo) y un on/off afectado por un Granada en descenso— pero delante sí hay base: un USG≈21% en apenas nueve partidos y un TS≈53% que sostiene ese volumen y deja margen de mejora (selección de tiro, más visitas al tiro libre). Si canchero significa desparpajo para asumir tiros, bien; Si mantiene el descaro en ataque y sube unos escalones su rigor atrás, Estudiantes habrá fichado carácter con recorrido.






